Aunque no me acuerdo, tendré que creer las palabras de mi padre, cuando cada año el día de mi cumpleaños me cuenta, cómo nací. Tras un embarazo, problemático, en que mi madre tenía contracciones sin venir mucho a cuento, nací un 17 de febrero de hace casi 20 años, en la Residencia Cantabria, de Santander, con un peso exagerado para una primeriza. Pesé 5 Kgs y medio. Era enorme, así que todos pensaban que me parecía a mi abuela materna, Felicidad.
No, no es que me haga feliz haberme parecido a mi abuela, es que mi abuela materna, se llama Felicidad. Me libré del nombre por pura chiripa.
Pero lo que os iba a contar, la historia de mi nacimiento. El día que nací, hacía muchísimo frío en San Román, que es donde vivía de pequeña y de donde tuve que mudarme tras una serie de catastróficas desdichas; y tanto frío hacía, que mi madre, salió a llevarle sopa, a mi abuela, que vivía a un kilómetro en la carretera hacia Peña Castillo, tapada hasta las orejas y con la olla aún caliente.
Bueno, y esto es lo que me cuenta mi padre: Mi madre llevaba la cazuela envuelta en papel de aluminio y arrimada al pecho, para así calentarse, cuando de repente, notó un líquido caliente chorrear entre sus piernas y pensó que se le había vertido la sopa. Tan acostumbrada estaba a las continuas contracciones que sufrió durante el embarazo, que no se hizo ni caso y estaba rompiendo aguas. Por eso debe de ser que me gusta tanto la sopa...
Así que gritó tanto, que un coche que pasó por allí cogió a mi madre y la acercó al hospital, que está cerquita y allí sin llegar a quirófano, empezé asomar a este mundo...
Mi padre llegó corriendo me cogió entre los brazos, y en agradecimiento a quién nos llevó al hospital, dijo que me llamaría Lucía, como su hija.
Y desde entonces, seguimos siendo amigas y en muchas ocasiones nos juntamos y nos echamos una mano en nuestras cosas...
...Hasta la próxima
3 comentarios:
Hola!! Si no te importa, le seguiré la pista a tu blog, a ver con qué nos sorprendes ;)
Saludos.
buf... ya empezaste dando guerra...
yo me libré por los pelos de llamarme como mi padre... se llamaba Luciano
Gracias por tu visita... te seguiré la pista... aunque hace mucho que dejé de ser angel de la guarda
Un beso
jajaaj, eingel, hubiéramos sido "tocayos" Luciano, y Lucía... ¿Ves? La vida tiene su propio rumbo.
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